CURSO ACELERADO DE ESCRITURA

El pasado martes salí de clase con la lección aprendida, y eso que no dimos teoría, ni siquiera hicimos ejercicios. Pero no tengo duda, Fermín Cabal me enseñó bastante, porque entre broma y broma consiguió que algunas de sus ideas se grabaran en mi cabeza.

Fermín Cabal

¿Y que fue eso tan importante que me enseñó? A escribir. Sí, a escribir. Como el propio Fermín dijo si quieres aprender a escribir, primero hay que escribir. Y lleva toda la razón, si no has escrito nada nunca no puedes pretender ser un gran genio ahora. Hay que practicar, practicar mucho…y pedir ayuda. Bueno, quizás esto no lo dijera Fermín explícitamente pero podría ser un gran paso para el progreso, de hecho con la ayuda de alguien o de algo (¿quizás un blog?) todos somos capaces de convertirnos en algo grande.

Pero claro, uno no puede escribir de manera más profesional si no tiene ese don, esa capacidad, como diría Fermín. O lo que es lo mismo, no tener gracia. No hace falta ser un chistoso pero si tener la facilidad para redactar con garbo y para atraer al público, sino es imposible. Porque como dice Fermín, lo peor es salir ahí con todo preparado y que te abucheen y te tiren de todo. Por supuesto, no hay nada peor que el ridículo. Por eso, aunque uno quiera lanzarse al público lector sin mirar y arriesgarse tiene que estar seguro de tener al menos ese don, si luego no gusta pues no gusta, no llueve a gusto de todos, pero al menos no tendrá nada de lo que arrepentirse.

Sin embargo, no podemos terminar siendo unos grandes profesionales si antes no hemos acabado con nuestro eterno enemigo: el querer gustar a todos los lectores. Escribir queriendo convencer a todos es imposible y la clave del fracaso, buena frase, Fermín. Y con razón, pues no somos seres mágicos que consiguen transformarse según el lector que coge nuestro libro. Qué aburrido sería que nadie nos criticara (en el buen sentido, claro), pues no avanzaríamos jamás.

No sé si estos consejos nos llevaran a convertirnos en grandes escritores pero al menos nos habrán motivado a escribir, y como hemos dicho, por ahí se empieza, escribiendo.