TELÓN
(Tres mujeres jóvenes
están sentadas en la terraza de un café esperando a que les sirvan las bebidas.
Una cuarta joven aparece en escena)
HELENA.- ¡Nieves! ¡Por
fin! ¡Qué alegría verte!
LAURA.- ¡Sí! ¿Cómo has
tardado tanto? Te estábamos esperando, mujer.
(NIEVES se acerca a cada una de ellas y les da un par de besos. A continuación se sienta en una silla junto a las demás)
NIEVES.- Lo siento
chicas, la mujer de la limpieza me ha entretenido al salir de casa y como vivo
a las afueras no he podido llegar antes.
LUCÍA.- ¿Mujer de la
limpieza? ¡Qué categoría gastan algunas….!
(Las cuatro mujeres ríen)
HELENA.- Lo importante es
que estamos todas juntas después de seis años…
LAURA.-… ¡y que nos vamos
a poner al día en todo lo que nos ha pasado!
NIEVES.- ¡Empiezo yo!
HELENA.- ¡Ala, mujer!
¡Qué rápida!
LUCÍA.- Qué tendrás que
contarnos…
NIEVES.- ¡Cosas muy
importantes, Lucía!
LUCÍA.- Menos lobos
caperucita…
HELENA.- Hay que ver,
Lucía, pasan los años y sigues contestando igual.
LUCÍA.- Ya ves, me
conservo bien…
NIEVES.- Pues mirad,
terminé la carrera, ¡con las mejores notas! Y en seguida he conseguido un
trabajo estupendo.
HELENA.- ¿A sí? ¡Qué
bien! ¡Cómo me alegro! Y ¿dónde trabajas?
NIEVES.- En un bufete de
abogados.
LAURA.- ¡Ey! Mi novio
también trabaja en un bufete y su puesto es muy importante…
LUCÍA.- Claro, haciendo
cafés
LAURA.- Qué graciosa… Pues
no, es el encargado de los temas de delincuencia juvenil, y ¡gana mucho
dinerito…!
HELENA.- O sea que tienes
novio…
LAURA.- ¡Sí! Es una maravilla, le conocí…
NIEVES.- ¡Oye! Que estaba
yo primero y no he terminado de contaros todo
LAURA.- Perdón, es que
hablar de mi novio hace que me olvide de todo.
LUCÍA.- Continua, que
queremos saber de la “abogada-tengo mujer de la limpieza”.
NIEVES.- ¡Eres una
envidiosa!
LUCÍA.- Pues no, mi vida es
también maravillosa: trabajo, soy lista, y vivo perfectamente sola. Y no
necesito mujer de la limpieza.
NIEVES.- En fin. Continuo.
Trabajo donde ya os he dicho y en mi tiempo libre voy al gimnasio en el que
trabaja mi prometido que es entrenador personal.
HELENA.- ¡Vaya! Pareces
una mujer ocupada e importante.
LAURA.- Y con prometido…
yo también me voy a comprometer con Juan porque es el hombre de mi vida.
LUCÍA.- O sea que Juan,
eh….
LAURA.- Sí, es una
delicia, es guapo, es alto, es fuerte, es listo, ¡es un Dios!
LUCÍA.- Ya estamos otra vez con caperucita y sus
lobos…
LAURA.- No lo conoces, no
puedes opinar.
NIEVES.- Chicas, os
recuerdo que estaba contándoos algo…
LUCÍA.- Si ya lo has
contado todo, ahora le toca a otra. Venga Helena que estás muy callada.
HELENA.- ¿Yo? Mi vida es
muy normal. Terminé la carrera, el máster, trabajé unos meses en Francia, y
ahora doy clases en una academia de idiomas. En Francia conocí a Matthieu y
ahora vivo con él en un apartamento que alquilamos, porque se vino conmigo a
España.
LUCÍA.- “Mi vida es muy
normal” dice… Pero ¿te has escuchado?
NIEVES.- Pues claro, si
vives en un apartamento alquilado tu vida es normal.
HELENA.- A ver qué va a
pasar con mi humilde apartamento… Pues no, no es por eso, Es normal porque
todavía me quedan cosas que conseguir, pero no me preocupa porque…
NIEVES.- Ahora que di ces
de apartamento, ¿os he contado que vivo en una urbanización a las afueras?
LUCÍA.-Sí, cuando nos
hablaste de tu mujer de la limpieza… que por cierto, ¿cuánto le pagas?, porque como trabajas en un
bufete será la mujer de la limpieza más rica del mundo, ¿no?
NIEVES.- ¡Que más da lo
que le pague!
LAURA.- Y hablando del bufete,
¿dónde está? Es para ver si mi novio lo conoce.
NIEVES.- Pues….es que no
está aquí. Está…en Alcobendas.
HELENA.- ¡Qué casualidad!
Allí está la academia en la que trabajo.
NIEVES.- Vaya, si… ¡qué
casualidad!
LAURA.- Vale, ya le
preguntaré a mi novio.
LUCÍA.- Y, ¿de qué te
encargas exactamente? Porque no irás sólo a presumir de notas altas y de entrenador
personal.
NIEVES.- ¡Por supuesto
que no, Lucía!
LAURA.- Mi novio es el
encargado de los casos de delincuencia juvenil, ¿os lo había dicho ya?
HELENA.- Creo que sí.
LUCÍA.- Sí, ya nos has
restregado el trabajo de tu maravilloso novio antes…
LAURA.- ¡Eres una
envidiosa! ¿Tú no eras súper feliz con tu vida?
LUCÍA.- ¡Pues claro que
sí!
NIEVES.- Chicas, ¡me habéis
cortado otra vez!
HELENA.- Chicas, dejadle
terminar.
NIEVES.- Yo me encargo de
los robos.
LAURA.- Pero ¿de qué tipo
de robos? Porque son diferentes.
NIEVES.- Y ¿cómo lo
sabes?
LUCÍA.-Espera, dejadme
adivinar…tu novio te lo ha dicho.
LAURA.- Pues sí, aunque
no te guste.
NIEVES.- Eh…me ocupo de
los robos en la calle.
HELENA.- Tiene que ser
duro ese trabajo, ¿no?
NIEVES.- ¡Mucho! Por eso
cuando llego a casa, sólo tengo ganas de que mi novio me dé un masaje.
LUCÍA.- Yo no necesito a
nadie que me un masaje, yo me doy un baño relajante con burbujas y ya está.
LAURA.- Ya, eso dicen
todas…pero un novio, ¡es un novio!
LUCÍA.- Lo que os pasa es
que estáis obsesionadas, habéis visto demasiadas películas.
NIEVES.- ¡Y tú estás
celosa perdida!
LAURA.- Estás soltera y
no lo aguantas por eso nos tienes envidia.
LUCÍA.- Pero ¿qué dices?
Yo al menos tengo vida, no como tú que vives por y para tu novio. ¿A caso has
hecho algo importante en la vida a demás de pasearte de la mano de unos cuantos
chicos? Porque te recuerdo que en el instituto tenias fama…
NIEVES.- …y no buena…
LAURA.- ¿Pero qué dices,
Lucía? Y tú que, ¿ya has olvidado que eras una friki sin amigos a la que
acogimos en nuestro grupo? ¡Pues no insultes! Y tú, Nieves, no te metas.
LUCÍA.- ¿Cómo que friki?,
no sabes lo que dices doña novio perfecto.
NIEVES.- Laura, ¡hablo si
quiero! Y además, deja de quejarte, que tú lo tuviste todo y me hacías sentir
mal constantemente, con tus novios, con tus ligues, ¡con todo!
LAURA.- ¿Tú también
tienes envidia ahora? ¡Venga ya!, pero si tienes una vida de anuncio. ¡Cállate!
LUCÍA.- Eso, tú también eres
doña perfecta, déjanos a los mediocres que sigamos con nuestra vida.
HELENA.- Chicas, ¡queréis
parar ya! Se os está yendo de las manos, ¡dejad ya de insultaros! Estamos aquí
para pasar un buen rato juntas y para alegrarnos las unas de las otras, no para
perder el norte y decirnos de todo.
NIEVES.- ¿Y qué pasa
cuando no te alegras ni de tu propia vida? ¿Eh? ¿Qué pasa cuando tu vida es una
mierda?
HELENA.- ¿Pero por qué
dices eso? Tu vida es maravillosa: obtuviste buenas notas, eres abogada, tienes
un buen novio, vives en una urbanización a las afueras…¡es todo perfecto!
NIEVES.- No es tan
perfecto, ¿sabes? No es tan perfecto cuando no has terminado la carrera, cuando
trabajas en el supermercado de la esquina, cuando vives con tu madre y cuando
tu novio te ha dejado.
(A NIEVES se le escapan unas
lágrimas)
LAURA.- Pero ¿qué dices?
No teníamos ni idea, Nieves. ¿Por qué nos has mentido?
NIEVES.- No lo sé, solo
quería sentirme mejor conmigo misma por un rato.
LUCÍA.- Pero ¿y qué te
pensabas? ¿Que nuestras vidas iban a ser mejores? Pues no, ya ves que no, yo
sigo siendo la misma descarada de siempre que no se puede estar callada…
LAURA.- Y yo sigo siendo
la misma inútil que no sabe hacer nada sola.
HELENA.- Vale chicas,
tampoco será para tanto. ¡Sois unas exageradas! Seguro que vuestras vidas son
muy diferentes de lo que eran antes y vosotras también, tu incluida, Nieves.
NIEVES.- Claro, mi vida
ya no es una mierda ¡ahora es una mierda más grande!
LUCÍA.- ¡Pues claro que
sí, Nieves!
NIEVES.- ¿Pero qué dices?
HELENA.- ¡Lucía!
LUCÍA.- Era una
broma.
LAURA.- Lo
siento, Lucía, sino me hubiera reído de ti por no tener novio no hubiéramos discutido.
Lo siento.
LUCÍA.- No importa, yo me
lo tomo todo a broma. Y yo también lo siento.
HELENA.- ¿Por qué?
LUCIA.- Siento haber
estropeado nuestra cita siendo tan bocazas.
NIEVES.- Yo también lo he
estropeado todo mintiéndoos desde el principio, lo siento.
HELENA.- Vaya, ¡sólo
falto yo por disculparme!
LAURA.- Tú no tienes que
disculparte, tú has sido la única sincera y agradecida. Gracias.
LUCÍA.- Cierto, al menos
queda alguien decente en este grupo de locas.
(Las cuatro sonríen)
HELENA.- A lo mejor todavía
estamos a tiempo de contárnoslo todo otra vez, pero esta vez sin mentiras ni
envidias. ¿Qué os parece?
LAURA.- ¡Vale! Perfecto.
NIEVES.- ¡Empiezo yo!
(TELÓN)